Apicultura y Comercio Justo
Las abejas juegan un rol clave en la producción alimenticia y la biodiversidad mundial. Además de la producción de miel, las abejas, a través del transporte de polen realizan la polinización que posibilita la formación de frutos y semillas. De esta manera, las abejas hacen posible la producción de más del 80% de nuestros alimentos.

El Comercio Justo genera mejores condiciones para los apicultores, sus familias y la comunidad. El Comercio Justo vincula directamente a productores y consumidores promoviendo patrones productivos y de consumo, responsables y sostenibles.

Los consumidores de todo el mundo asumen un mayor protagonismo al momento de decidir sus compras ya que, a través del comercio justo, los productores reciben un mejor trato y se contribuye al cuidado del medioambiente, la protección de las abejas y la expansión sostenible de la actividad apícola en beneficio de todos.

Natural, pura y de CALIDAD
Todos los procesos, a lo largo de la cadena productiva y comercial, son trazables, desde los colmenares hasta la llegada a los clientes. Para ello, seguimos de manera estricta, procedimientos específicos que aseguran la calidad de la miel y proveen confianza.
Las actividades agropecuarias predominantes en la región son la ganadería de carne y leche y la agricultura extensiva.
Las pasturas implantadas son de alfalfa, tréboles y gramíneas, en tanto que las naturales presentan una gran variedad de especies, que se ven beneficiadas por la actividad polinizadora de las abejas.

Condiciones agroecológicas
Las condiciones agroecológicas, establecidas por la confluencia de excelentes suelos, aire puro, agua en abundancia y extendida biodiversidad son aprovechadas por el conocimiento de los apicultores, mediante la aplicación de procesos diseñados para garantizar la cantidad y la calidad de la miel desde su origen, tanto sea en la producción a campo como en las salas de extracción.

VARIEDADES
Los apiarios de los cuales proviene la miel de COSAR se extienden por toda la franja central de la provincia de Santa Fe, donde se reconocen tres ecotipos: la zona de llanura, en la cual prevalecen las pasturas naturales e implantadas; la zona de montes, con especies arbóreas, arbustivas y herbáceas; y la zona de la costa, lindera al río Paraná y sus afluentes, de exuberante y variada vegetación. De cada zona se obtienen productos puros y diversos y con marcada personalidad, de acuerdo a las fuentes de néctar en las cuales liban las abejas. También exigen que los apicultores diversifiquen sus prácticas de manejo de acuerdo a las condiciones de cada ambiente para maximizar la productividad.

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